miércoles, 16 de julio de 2008

QUE CHEVERE SER COLOMBIANO



Cada vez que menciono que soy Colombiano, los ojos de los presentes, se soplan como sapo, mientras me miran con sospecha. Si lo digo en un aereopuerto me revisan una y otra vez mis maletas, me decomisan los encargos de la abuela, me preguntan por la caída de los narcos. Quieren saber si van a extraditar a los Orejuela, y aún se atreven a preguntarme por "el patrón", como si se les hubiese olvidado que van a hacer varios años que le dieron de baja en un tejado de Medellín. También me preguntan si es verdad que en los solares de las casas hay sembrados de amapola y marihuana. Recién llegado a este país me daba mucha rabia. Pero ahora, antes de enojarme pienso a los problemas que tiene el país de donde viene el ofensor...

De tal manera que si son Estadounidenses, no les pregunto por el famoso alcalde de Washington, Marion Barry, arrestado por el FBI mientras se tupia la nariz, ni por el coronel Oliver North- el de los canjes de cocaína por armas para los contras nicaraguenses- naturalmente, con el consentimiento del pacífico presidente Ronald Regan.

Si son Brasileros, no les hablo del SIDA que abunda en su país. Si son de Argentina, Che! ni loco yo pienso en comentar los rollos de Carlitos Menen, y ni menos los del vicioso de Maradona (y otros futbolistas), su confesión de drogadicto empedernido, y sus fenomenales despedidas.

Chico! si son cubanos, prefiero evadir el eterno, agobiante, trillado tema Castro. Los de acá dicen que es un tirano y los de allá aseguran que es un bacano!

Si son los vecinos mexicanos ni modo de platicarles del ex-presidente Carlos Asaltinas de Gastari y su ejemplar familia, disfrutando hoy de su bien tumbada fortuna.

Si de Panamá son oriundos no les amargo el rato recordándoles las payasadas del General Noriega, hoy tras las rejas.

Si son Alemanes, mucho me cuido de no mencionarles al bárbaro Hitler y sus despiadados holocaustos.

Bueno como ven, les podría citar al resto del mundo, porque como reza el dicho popular: En todas partes se cuecen habas. Jesús diria: Quién este libre de culpa, que arroje la primera piedra. Además cada país vive su propia angustia. Cada país tiene su propia historia y no por ello, sus ciudadanos tienen que arrastrar con esas cadenas; con las secuelas de su escoria.

Por esta razón cuando se refieren despectivamente a Colombia por aquello del "narcotrafico", comienzo a hablarles de los 35 millones de sus habitantes honrados y echados para adelante, que sueñan con tener una patria libre y soberana

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